
Hace cuatro años me embarqué en el proyecto de dedicar una web al trabajo de Javier Aramburu. Nació, primero, desde mi admiración y respeto (incluso desde mi envidia, puesto que yo me dedico, para bien o para mal, al diseño), y, segundo, a la pasión coleccionista que cultivo desde niño, y que hace que atesore todo lo que me apasiona y me consigue arrebatar. Aquella web, que abandoné por pereza y falta de tiempo...





